domingo, 31 de octubre de 2010

El Cobre en la vida cotidiana

 


El Cobre en la vida cotidiana
 
 
El cobre contribuye con el medio ambiente por ser un material cien por ciento reciclable.
 
Tiene un alto valor de reventa y esto permite evitar la contaminación. De igual manera es un bactericida natural, por lo que no impacta en el medio contaminando o agregando contaminantes

El cobre es un elemento natural que se encuentra en la corteza terrestre. Como resultado de ello, la mayoría de las aguas superficiales y subterráneas del mundo que se utilizan para beber contienen cobre. La verdadera cantidad varía de región en región, dependiendo de qué cantidad se encuentra presente en la tierra, pero en la mayoría de los casos la cantidad de cobre en el agua es extremadamente baja. El cobre existente en forma natural en el agua potable no ofrece riesgo para el ser humano, incluso en los casos anormales donde se encuentra a niveles suficientemente altos como p ara proporcionar un sabor metálico al agua. Las cañerías de cobre que transportan el agua corriente de las viviendas a las que se les controla en forma apropiada su composición química, también pueden ser una fuente de cobre en el agua potable bajo ciertas condiciones específicas.

 
El cobre en la salud

El cuerpo requiere cobre como nutriente esencial y diariamente necesita que en la dieta alimenticia exista entre 1 y 2 miligramos en el caso de los adultos y entre 1/2 y 1 miligramo en el caso de los niños. Esta cantidad se puede obtener si se ingieren cantidades normales de alimentos ricos en cobre, mencionados anteriormente. Las cañerías para el agua fabricadas con cobre ayudan a mantener el agua limpia. Cuando estas cañerías son nuevas o cuando el agua que se encuentra dentro de ellas posee ciertas características químicas, liberan cobre en pequeñas cantidades al agua potable. Para la población en general, el cobre no es tóxico durante el curso normal de la vida diaria. Algun as personas (aquellos que padecen de la enfermedad de Wilson o de la enfermedad de Menke) necesitan controlar su propio consumo de cobre. Las plantas y los animales también requieren del cobre para mantener un crecimiento saludable que también beneficia al hombre mediante la cadena alimenticia. El cobre está disponible en una gama de alimentos que deberán incluirse en dietas equilibradas sin la necesidad de suplementos adicionales.

 
Enfermedades relacionadas con el cobre

La mayoría de las personas piensa o cree que el cobre es dañino para la salud o bien es causante de algunas enfermedades, a continuación se hace alcance a dos enfermedades, la de Menkes y la de Wilson, que se relacionan con el cobre ya sea por una falta de este o bien por problemas de metabolismo. La enfermedad de MENKES es una enfermedad genética recesiva ligada al sexo, en la que existe un defecto en el transporte de cobre por la placenta y una alteración en la absorción intestinal de este mineral. Su frecue ncia es de 1 caso por cada 50.000 a 100.000 nacimientos. Esta enfermedad se caracteriza por una deficiencia o falta severa de cobre que se inicia antes del nacimiento. Los sujetos presentan un deterioro mental progresivo, daño neurológico, hipotermia, hipotonía, disminución de la densidad ósea (osteoporosis), menor crecimiento, hipo pigmentación de la piel y del pelo, pelo retorcido, y alteraciones del tejido conectivo. El fallecimiento se produce habitualmente antes de los 4 años de edad. El tratamiento precoz con inyecciones de cobre-histidina logra disminuir la sintomatología y prolongar la vida.

La enfermedad de WILSON es un desorden genético autosómico recesivo en la que existe un defecto del metabolismo del cobre. Su frecuencia es de aproximadamente 1 caso por cada 30.000 nacimientos. En esta enfermedad existe una disminución marcada de la excreción biliar de cobre y una deficiencia en la incorporación de cobre a la ceruloplasmina. Esto lleva a un progresivo aumento del contenido de cobre hepático y en forma secundaria en los ganglios basales del cerebro y en la córnea. Las manifestaciones de esta enfermedad no aparecen antes de los 5 años de edad, pudiendo incluso iniciarse en la adolescencia o incluso en el adulto joven.

La acumulación de cobre en el hígado lleva a un daño progresivo de este órgano cuya expresión más severa es la cirrosis hepática. El depósito de cobre en el sistema nerviosos central produce un daño neurológico, que en algunos aspectos se parece a la enfermedad de Parkinson, y que puede acompañarse de manifestaciones psiquiátricas. Al nivel de la córnea la acumulación de cobre se aprecia como un anillo parduzco pericórneal (anillo de Kayser-Fleisher). El daño a los tejidos se puede disminuir sometiendo en forma temprana a los pacientes a una dieta con bajo contenido de cobre, junto con una terapia con compuestos que disminuyan la absorción de cobre (el más usado es el cinc) y medicamentos que favorezcan la eliminación del exceso de cobre (drogas quelantes).

 
Cobre y nutrición

El contenido promedio de cobre en los alimentos es de 4-5 mg por kilo. En el chocolate el contenido de cobre es de 125 mg / kg

Algunos alimentos son especialmente ricos en cobre. Estos incluyen la mayoría de las nueces y semillas (especialmente las de girasol), garbanzos, hígado y ostras. Los alimentos naturales tales como cereales, carne y el pescado generalmente contienen suficiente cobre para proveer hasta 50% de los requerimientos de cobre en una dieta equilibrada.

El cobre se combina con ciertas proteínas para producir enzimas que actúan como catalizadores para ayudar a un gran número de funciones de cuerpo:

  • Provee la energía requerida por las reacciones bioquímicas.
  • Participa en la transformación de la melanina para la pigmentación de la piel
  • Genera la formación de enlaces cruzados en el colágeno y la elastina, sustancias empleadas por el organismo para mantener y reparar los tejidos
  • Tiene especial importancia para el funcionamiento del corazón y arterias. Las investigaciones realizadas en este campo arrojan como resultado que una deficiencia de cobre en el organismo es un factor de riesgo aumentado para desarrollar una enfermedad coronaria en el corazón.
  • El cobre desempeña un papel importante en la formación de la hemoglobina de la sangre.
 
El cobre en la higiene

El cobre posee características únicas que le confieren un poder bactericida, que no afecta a seres humanos y animales pero que es letal para muchos microorganismos y bacterias. La acción bactericida del cobre es generalmente poco conocida. Con el cobre ninguna bacteria puede desarrollarse. Ocasiona un efecto retardado sobre la putrefacción.

El cobre en el cuerpo humano

  • La concentración de iones de cobre en la sangre humana es de 1-3 mg/lt y en los órganos es de 6.4 mg/kg
  • Un individuo de estatura y complexión media contiene en su organismo de 120 a150 mg. de cobre. En l os niños y lactantes la proporción es mucho mayor.
  • El cuerpo adulto contiene entre 1.4 y 2.1 mg de cobre por kilogramo de peso del cuerpo. De aquí se desprende que un humano saludable que pesa 60 kilogramos contiene aproximadamente un décimo de gramo de cobre. Sin embargo, esta cantidad pequeña es esencial al bienestar humano total.
  • La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda que la dosis de ingestión de cobre no debería exceder 12mg/día para varones adultos y 10 mg/día para mujeres adultas.
  • Las víctimas de enfermedades como la cirrosis infantil de la India o enfermedades hereditarias tal como enfermedad de Wilson ocasionan la retención de cobre en cantidades excesivas para el cuerpo y daño del hígado, frecuentemente con consecuencias mortales. Los síntomas de envenenamiento agudo por cobre incluyen náusea, vómitos y dolor muscular y abdominal.
 
El cobre en la medicina

El cobre se ha usado como medicina durante miles de años incluyendo el tratamiento de dolores y heridas en el pecho y para purificar el agua potable. Investigaciones más recientes indican que el cobre ayuda a prevenir la inflamación provocada por la artritis y enfermedades similares. Actualmente se trabaja en investigaciones para desarrollar medicamentos anti-ulcerosos y anti-inflamatorias que contienen cobre y se experimenta su uso en radiología y para tratar convulsiones y epilepsia. Aunque no hay que evidencia epidemiológica de que el cobre impida la artritis, ha habido casos en los que se ha reportado que el uso de bandas de cobre redujo los síntomas.

 
La toxicidad de cobre

El envenenamiento agudo de cobre es un suceso raro, y solo ocasionado por la ingestión accidental de soluciones del cobre o nitrato de sulfato de cobre. Las sales anteriores y aquellas sales orgánicas de cobre son poderosos eméticos (sustancias que inducen al vómito) por lo que las dosis grandes que se ingieran de manera inadvertida son rechazadas normalmente. El envenenamiento crónic o de cobre por la ingestión en alimentos es también muy raro y los pocos informes existentes se refieren a pacientes con enfermedades del hígado. La capacidad del hígado humano saludable para excretar cobre es considerable y es la principal razón por la que ningún caso de envenenamiento crónico de cobre se ha reportado.

 
Mitos sobre la salud y el cobre

La publicidad engañosa de algunos materiales y en particular de las tuberías de plástico ataca al cobre atribuyéndole propiedades tóxicas para el ser humano. La siguiente información son conclusiones de estudios realizados durante décadas que se ha empleado el cobre como tubería:

  • En la industria de los alimentos, se fabrican en recipientes de cobre puro algunos quesos, cerveza, bebidas alcohólicas (whisky) y confituras.
  • El contenido de cobre en el agua potable estancada en una tubería de cobre es prácticamente estable y no sobrepasa los 0.125 mg/lt, cantidad muy por debajo de los niveles de toxicidad en el ser humano
  • El contenido de cobre en el agua potable en circulación por una tubería de cobre decrece con el tiempo, a partir de las dos primeras horas de uso de la tubería, llegando a ser prácticamente nulo, debido a la formación de la capa de óxido no tóxica superficial, muy adherente, que impide la oxidación posterior.
  • La cantidad de cobre que podemos ingerir con el agua transportada por la tubería de cobre es de la décima a la centésima parte de la de nuestra alimentación daría. Por lo tanto, ni en los casos más extremos, el cobre ingerido por medio del agua puede resultar nocivo para la salud humana.
 
 
Bibliografía